EL ENOJO.
El enojo es
una de las emociones más frecuentes en la vida sin embargo es una de las MÁS
DESGASTANTES.
Nos desgasta
físicamente porque altera el funcionamiento del cuerpo, influye en la toma de
decisiones y provoca conflictos con las personas que nos rodean y pongamos atención especial en el deterioro emocional, psicológico y espiritual que conlleva por su reacción en cadena.
El Enojo no
es malo en sí, ¿por qué? Porque es una respuesta instintiva de parte nuestra
que nos da la energía necesaria para defendernos cuando nos sentimos atacados
física o emocionalmente.
El verdadero
problema surge cuando esa emoción perdura por horas, días e incluso meses o
años.
Las causas
pueden ser INTERNAS (relacionadas a partir de algunos recuerdos de experiencias
pasadas) o EXTERNAS (relacionadas con lo que sucede a nuestro alrededor actualmente).
Puede haber
2 tipos de Enojo:
1- El que dirigimos hacia nosotros mismos cuando nos atacamos,
devaluamos o reprimimos ante una situación lo que puede dar lugar a la depresión.
2- Y el que expresamos a los demás que afecta nuestras relaciones y el bienestar familiar y de amistad.
El Enojo puede
manejarse de dos maneras, una es de manera dirigida o equilibrada, cuando reconocemos por nosotros mismos que lo podemos
expresar sin dañar, incluso esto logra que el enojo disminuya permitiendo
reconocer la causa.
Otra manera
adecuada sería hacer ejercicio, golpear en un cojín, gritar en un lugar
apartado, hacer respiraciones, caminar, escribir, a través de la música, etc.
También
podemos hablar con las personas involucradas si lo hacemos de una manera
asertiva con la intención de solucionar, sanar y resolver lo que nos produce este enojo.
En cambio si
es de forma inadecuada entonces explotamos
sin medir las consecuencias porque el coraje nos domina y podemos lastimar.
O si lo
utilizamos para controlar a los demás, esto se da en personas que tienen baja
autoestima que lo usan para sentirse poderosas y fuertes.
Ahora si lo
reprimimos porque pensamos que es algo negativo, actuando como si no
estuviéramos enojados, lo negamos hasta llegar a no sentirlo, aparentemente y que necesariamente tendrá que salir a relucir y el trastorno es más profundo, tanto que va dejando huella.
Escribe lo que
TE ENOJA y responde estas
preguntas:
¿Por qué me
enojé?
¿Por qué
creo que eso pasó?
¿Qué hizo la
otra persona que ocasionó este enojo?
¿Creo que lo
hizo para molestarme?
¿Qué pienso
de esa persona?
¿Qué siento ante este enojo?
Escribe lo que venga a tu mente de inmediato y anótalo pues tus respuestas llegarán a darte claridad a ti mismo, pocas veces somos completamente sinceros, tratamos de ocultar lo que sentimos porque cuando descubrimos el fondo ya que aquello nos compromete y responsabiliza, finalmente ser franco nos enfrenta a nuestra realidad.
EL ENOJO define también el manejo de tus emociones, no lo rechaces mejor analízalo para que se convierta en bálsamo y no en amargura.
Laura González Pinto 2015
facebook: lauratanatologaGonzálezPinto
No hay comentarios:
Publicar un comentario